Constituye un verdadero logro exhibir lo que es hoy el barrio Capotillo. Muy distinto a lo que era ayer. Pasó de guarida de vándalos y pandillas a un lugar de sosiego y paz ciudadana.
No se trata de un milagro. Es el producto de varios factores conjugados, de varios programas conexos, de mucha atención por parte de la Policía Nacional, de varias secretarias de Estado, entre ellas, Educación, Deportes, Obras Públicas, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales, la Procuraduría General de la República y, sobre todo, el apoyo de la comunidad, que quería paz, cambios, nuevas garantías de vida en el sector.
A veces hay que ser visionario. El plan de seguridad “Barrio Seguro” se extendió a 12 sectores de la Capital y favorecerá a Villas Agrícolas, La Zurza, La Ciénaga, Simón Bolívar, 24 de Abril, Espaillat, Luperón, Gualey, Las Cañitas, 27 de Febrero, Guachupita y Los Guandules, con la idea de llevarlo a otros sectores de la Capital y del interior.
La parte conquistada por el plan de recuperación hace que el presidente Fernández piense en todo el conjunto y hable de que República Dominicana es un lugar más seguro luego del éxito de la aplicación del programa Barrio Seguro en el sector Capotillo.
Hace algunos meses -dijo el presidente Fernández- cuando nos dimos cita en el bardo de Capotillo para poner en vigor el Plan de Seguridad Ciudadana, toda República Dominicana se sentía legítimamente preocupada porque el país estaba siendo estremecido por una ola de delincuencia y de criminalidad, había una situación de pesimismo y al mismo tiempo de miedo generalizado.
Nada es estático. Hoy podemos exhibir un nuevo Capotillo, pero no podemos dormirnos con ese logro. Hay que seguir. Y seguir significa -según las palabras de la Iglesia, de los moradores, de los líderes comunitarios- mantener políticas de Estado que incentiven y garanticen a la población fuentes de empleos, más y mejores escuelas, mejores servicios de salud, atención a los servicios básicos como la electricidad, el suministro de agua y venta de los productos de primera necesidad a precios justos. No mantener eso es volver al pasado. Al temido barrio inseguro. Algo que nos alejaría de las auspiciosas palabras del presidente Fernández y volveríamos al pesimismo y al miedo generalizado.
Trascripción del artículo publicado en el periódico El Día, martes 10 de Enero de 2006.