Exitos, general Santana Páez
VICTOR MENDEZ
El presidente Leonel Fernández ha dado un nuevo voto de confianza al general Bernardo Santana Páez, al mantenerlo en la jefatura de la Policía y ascenderlo al rango de teniente general.
Mucho más meritorias esas decisiones del mandatario, por cuanto se producen en momentos en que la maledicencia trataba de hacer saltar al jefe de la Policía a través de maniobras de distinta naturaleza.
Me enteré de que incluso dentro de las propias filas policiales se tenía el temor por un lado y la esperanza por el otro, según interés de cada sector, de que el general Santana Páez sería removido del cargo el 27 de febrero.
Y no dudo que el súbito resurgimiento de la delincuencia y la criminalidad hace varias semanas tuviera alguna relación con la intención de hacerlo saltar de la jefatura de la Policía, porque de eso y mucho más hemos tenido en el pasado para reventar a los jefes policiales de cada oportunidad.
Desde aquí mis felicitaciones sinceras al jefe de la Policía por lograr retener el respaldo del presidente de la República. Me habría gustado mucho poder felicitarle personalmente y decirle que el éxito de un michero como él es mi éxito particular.
Pero me lo impidieron sus múltiples ocupaciones y mi falta de tiempo para dedicarlo a procurar un encuentro con él.
Debe quedar claro que ésta no es una queja, porque entiendo que su lista de amigos, larga desde aquellos lejanos días en que compartíamos aula en el liceo secundario de Miches, ha crecido mucho más por estos tiempos.
Y como es natural en esos casos, los amigos nuevos siempre disponen de bastante tiempo para estar a la vista de los funcionarios, civiles, militares o policiales, mientras que la mayoría de los otros, los de antes, siguen obligados a continuar con su habitual estilo de vida.
Pero me tranquiliza bastante saber que mi mensaje habrá de llegarle al teniente general Santana Páez aunque él no tenga tiempo de leer esta columna hoy, porque alguien se lo hará saber.
Retomando el tema de su ascenso, creo que bien merecido lo tenía un hombre que ha dedicado su vida al quehacer policial, iniciando por la posición más humilde en esa institución, que es la de conscripto.
Pienso, sin embargo, que el presidente Leonel Fernández tal vez debió motivar esa decisión con algún considerando en el decreto 76-07, porque se trata de la creación de un nuevo rango en el escalafón de la Policía Nacional.
Además, creo que había bastante qué considerar a la hora de motivar esa decisión, porque la hoja de servicio del actual titular de la Policía lo presenta como la persona más idónea para pasar a la historia como el primer teniente general de esa institución.
Hablamos de un hombre que entregó su vida a la Policía desde que la edad le permitió ingresar a las filas de esa institución, y tras recorrer el escalafón desde el puesto más humilde hasta alcanzar la cima, ha tenido en la jefatura un desempeño al que sólo la mezquindad podría regatearle éxitos.
Esa inobservancia ha sido aprovechada por críticos tanto del presidente Fernández como del jefe de la Policía para tejer conjeturas que procuran poner en tela juicio la decisión del mandatario, a pesar de que el artículo 55 de la constitución lo faculta para tomar medidas de esa naturaleza.
De todos modos, por encima de esos críticos y de sus críticas, el presidente Fernández actuó con justicia al subir de categoría al jefe de la Policía.
Y me alegra sobremanera que esa decisión fuera tomada durate la jefatura de Santana Páez, porque la distinción recae directamente sobre mi amado Miches y los micheros.
Trascripción del artículo publicado en el periódico El Nacional, Domingo 04 de marzo de 2007.