Ha recibido muchos elogios la valentía del general Bernardo Santana Páez de exponer a pleno sol los trapos sucios de la institución bajo su mano, como ha sido la escandalosa revelación de que miembros del cuerpo del orden, oficiales incluidos, utilizaban celulares robados que les facilitaban los propios ladrones, con lo que traduce en hechos su promesa de adecentar la Policía y erradicar las viciadas practicas que viene arrastrando por décadas y que son la fuente de su poco crédito público. Hace un par de días Santana Páez convocó a formación general en la explanada del Palacio de la Policía, donde expulsó de manera deshonrosa a un oficial y un alistado por exigirle cinco mil pesos a un ciudadano para ponerlo en libertad, pero en ese mismo acto ascendió a dos alistados que rechazaron un soborno de mil pesos de otro ciudadano que pretendía que lo soltaran a pesar de haber sido sorprendido en violación flagrante de la ley. El mensaje debió llegar con claridad a los 600 agentes allí formados, que a partir de ahora sabrán a qué atenerse si incurren en la vieja y conocida practica del macuteo.
Trascripción del reportaje publicado en el periódico Hoy, viernes 13 de octubre del 2006.