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La jefatura de la Policía envía dos señales alentadoras con la cancelación deshonrosa de dos agentes vinculados a una supuesta banda de atracadores en Bonao y la integración de una comisión para investigar la muerte de un bachatero en Moca. También haría muy bien el mayor general Bernardo Santana Páez en ordenar una investigación exhaustiva sobre el incendio del carro del periodista Julián Cabrera, ocurrido la madrugada de este lunes en el parqueo de su residencia ubicada en la Abraham Lincoln con Edmundo Martínez, del ensanche La Paz. Pero la separación de los agentes Juan José Guerrero y Francis Javier Valerio por sus supuestos vínculos con una banda de asaltantes envía un mensaje auspicioso a la ciudadanía. Los agentes están acusados, entre otros delitos, de participar en el asesinato del hacendado Manuel Antonio Corcino Mejía. Y sobre la muerte del bachatero Pedro Alberto Diplán a manos de una patrulla de la Policía, hizo bien el jefe del cuerpo en integrar una comisión para que aclare el deplorable suceso. Porque así es como se actúa.
Trascripción del artículo publicado en el periódico El Nacional, viernes 09 de junio del 2006, Página 2.