El pasado miércoles una raso de la Policía Nacional lloraba desconsolada ante la negativa de un oficial del Departamento de Recursos Humanos a firmarle un documento por que, según alegaba, no había corriente eléctrica.
Por uno de esos caprichos del destino el mayor general Bernardo Santana Páez, jefe policial, se tropezó con la llorosa dama en uno de los pasillos y se interesó por su situación. Una vez enterado de lo sucedido, se presentó junto a la raso al área donde los policías deben requerir todo tipo de servicios, donde preguntó al prepotente oficial que se negó a cumplir con su deber si, por casualidad trabajaba con electricidad. El impasse, tras el respectivo arrugón al indolente, se resolvió enseguida y la mujer consiguió su ansiado documento, pero no sin que antes los presentes recibieran la advertencia del general Santana Páez de que todo policía, sin importar el rango que tenga, tiene que recibir un trato humano y respetuoso. El incidente, del que fueron testigos alistados y oficiales, ha sido muy comentado a lo interno de la institución del orden, lo que de paso ha permitido que todo el mundo se entere -desde el raso hasta el general- de la nueva “línea” bajada por su Comandante.
Trascripción del artículo publicado en el periódico Hoy, “QUÉ SE DICE ”, Sábado 17 de septiembre de 2005.