Al margen de crímenes y acciones delictivas la noche del sábado, el jefe de la Policía merece un reconocimiento por su intenso trabajo de supervisión del patrullaje en las calles de Santo Domingo. No se quedó el mayor general Bernardo Santana Páez compartiendo hasta el último momento en su hogar la cena de Nochebuena, sino que personalmente se puso al frente de los operativos de la Policía para garantizar la seguridad y el orden. A Santana Páez se le vio en hospitales y atento al trabajo de las unidades que custodiaban la ciudad. La Policía, que suele ser tan severamente cuestionada cuando falla, se portó como mandaban las circunstancias la noche del sábado. El servicio de seguro que contribuyó a limitar excesos y disminuir la criminalidad y la delincuencia callejera. Muchas personas hicieron su valiosa contribución al resguardarse en sus hogares, con los suyos, y así no exponerse a los percances de las balas perdidas. Pero Santana Páez, con su encomiable labor merecedor de un reconocimiento.
Trascripción del artículo publicado en el periódico El Nacional, Lunes 26 de diciembre de 2005. Página 2.