REPORTAJE
Por Frank Núñez
EL SIGLO
La principal causa de controversia entre las autoridades judiciales y la Policía en el país ha sido la deficiencia con que el cuerpo del orden envía los expedientes acusatorios a la Justicia, lo que origina que muchos delincuentes sean descargados en los tribunales por insuficiencia de pruebas.
El mayor general Ramón Alcides Rodríguez Arias, licenciado en derecho, entiende que las deficiencias en la elaboración de los expedientes sobre diversos delitos se deben al desconocimiento de los agentes sobre la importancia de la escena del crimen para sustentar la acusación.
Por eso, tras su ascenso a la jefatura Rodríguez Arias ordenó la rehabilitación de la Escuela de Investigaciones Criminales, dependencia del Servicio Secreto de la institución, que durante varios años orientara el coronel Julio César Lorenzo Campuso, y que actualmente dirige el primer teniente Bernardo Santana Páez.
El director de la escuela, quien es el licenciado en criminología, egresado del Internacional Institute of the Americas, de Puerto Rico, cree, o mismo que Rodríguez Arias, que “el éxito de una investigación criminal depende en gran medida de la rapidez y cuidado con que actúe el primer oficial que llegue a la escena del crimen”.
En conversación con reporteros de este diario, Santana Páez aseguró que la acción de proteger la escena del crimen requiere de una capacitación especializada y comprensión de los procedimientos básicos para la realización de esa tarea, debido a que él área de un hecho constituye en si misma una evidencia de que se cometió un delito.
El oficial reveló que actualmente la escuela imparte un curso sobre “Protección de la Escena del Crimen”, que estudia este tipo de casos desde el momento mismo en que se inician las acciones preliminares hasta que se apodera a la justicia de los mismos.
Requisa de la escena
De acuerdo al oficial Santana Páez, el primer agente que llega el lugar donde se ha producido un crimen debe ayudar a la víctima o a cualquier persona herida, arrestar al criminal si se encuentra todavía en las cercanías y proteger la escena del crimen hasta que pueda efectuarse una requisa en busca de la evidencia física.
“Es muy importante proteger la escena del crimen a fin de evitar la pérdida o la contaminación de la evidencia, además impide dejar pistas y asegura que la evidencia será admisible en la Justicia”, afirmó.
En la escuela, que ya ha graduado a 400 agentes policiales, se enseñan métodos prácticos de protección del lugar de los crímenes.
Para resaltar la importancia de los cursos en la escuela, dijo que el trabajo de protección del lugar del delito “es una actividad especializada, que en algunos países queda en manos del patrullero, mientras que en otros dicha investigación es efectuada por especialistas”.
Dijo que la necesidad de concientizar a los policías sobre la importancia de las evidencias es porque las probabilidades de éxito en una investigación son mayores, si el agente tiene nociones sobre la naturaleza de la misma.
“Al comprender por qué debe aislar y proteger el lugar, el policía actuará en forma más consciente”, explicó.
Como en República Dominicana son los patrulleros los que frecuentemente llegan primero a la escena del crimen, sus actividades pueden tener una importancia crítica de acuerdo al joven criminólogo.
Al reiterar la importancia de la capacitación de los agentes en materia criminal, aseguró que aunque las investigaciones varían de acuerdo delito, hay acciones que deben realizar en la mayoría de las oportunidades.
Entre éstas citó análisis del lugar del crimen y reconocimiento de las evidencias, registro de la escena con fotografías, croquis, mediciones y descripciones verbales, recolección e identificación de las evidencias, así como elementos para fines de comparación y control.
Asimismo, conservación de las evidencias para el envío al laboratorio, tratamiento o proceso de las evidencias y preparación de informes y conclusiones para su presentación en el proceso judicial.
Errores de investigación
Para Santana Páez, uno de los errores más grandes que pueden cometerse en una investigación es el de llegar al lugar del crimen e iniciar el proceso, sin antes anotar la hora de llegada y personal presente.
Afirmó que posteriormente, el experto procede a observar el lugar para orientarse, y para tener una idea sobre los límites de la zona de su interés como investigador. Dijo que en las prácticas, se explica a los agentes como iniciar las pesquisas, sin remover ni tocar nada, limitándose a la observación.
Argumentó que tras la observación, el policía “podrá ver y seleccionar cosas que la persona común no vería o dejaría de lado”, al tiempo que puede reconocer “qué es lo que tiene importancia como evidencia y sabrá cual es la forma apropiada de conservarla a fin de preservar su valor”.
Santana Páez cree en la fotografía como recurso para registrar el lugar de un crimen con todos sus detalles, por lo que calificó ese medio como uno de los elementos más importante en manos del investigador.
“No es posible determinar o establecer en forma previa la cantidad, calidad o tipo de fotografías que se precisarán para cada caso, pero corresponde decir que en la actualidad resulta inexcusable efectuar una investigación del lugar donde se haya cometido un crimen, sin tomar una serie de fotografías del mismo”, aseguró.
Sin embargo, resaltó la importancia de las descripciones verbales, como recurso para elaborar un expediente de manera correcta, antes de ser enviado a la Justicia.
Sostuvo que en ocasiones, sólo es posible utilizar las palabras, “porque no hay otra forma para registrar el olor o aroma que había en el lugar, el tipo o tono de iluminación, es estado del tiempo, etcétera”.
Trascripción del artículo publicado en el periódico El Siglo, martes 17 de septiembre del 1991, Página 8.