El programa ha hecho posible que los habitantes de las “zonas calientes” retomen la paz y puedan desarrollar sus actividades sin el temor de quedar envueltos en un enfrentamiento a tiros entre bandoleros y narcotraficantes que durante años se habían adueñado de los barrios Las Cañitas, Gualey, 24 de Abril, Capotillo, Guachupita y otros.
Maribel de los Santos
Santo Domingo
Los barrios de la capital no han dejado atrás una sus apagones, sus niños sin camisa corriendo por las calles, la búsqueda incesante del agua que no llega por las cañerías, pero ahora no estallan con la cotidianidad acostumbrada los tableteos de armas de fuego y los gritos de gente inocente que muere por las balas de la delincuencia.
El Programa Barrio Seguro, uno de los componentes del Programa de Seguridad Democrática, ha devuelto a las familias de estos sectores la posibilidad de vivir en la pobreza, pero sin el sobresalto de delincuentes y “tigueres” que todo lo volteaban.
Ante esta situación se inició el Programa Barrio Seguro, el día 20 de agosto del 2005, como un componente esencial del Plan de Seguridad Democrática. Un cuerpo de oficiales entrenados para este fin de manos del coronel Juan Brown, en Santo Domingo, y del coronel Roberto Ducasse Pujols, en Santiago, impone el orden en los sectores intervenidos.
Iniciándose en el sector Capotillo, Barrio Seguro hasta ahora cubre 13 barrios en la parte Norte del Distrito Nacional. Entre estos, La Zurza, Villas Agrícolas, La Cienaga, Las Cañitas, 24 de Abril, Guachupita, Gualey, Loma de Chivo, 27 de Febrero y Simón Bolívar. Así también los ensanches Luperón y Espaillat.
Reporteros del LISTIN DIARIO realizaron un recorrido en las últimas horas de la noche del pasado miércoles para observar la situación de algunos de estos sectores dos años después de iniciado el plan Barrio Seguro.
Una noche normal
Un recorrido hoy por las calles de los barrios Las Cañitas, 24 de Abril y Capotillo ofreció como resultado aceras adornadas con sillas plásticas, mesas de dominó y vasos de cerveza que nunca faltan. La única diferencia con el ayer es la hora; ya pasan de las diez de la noche y podría ser peligroso. Pero esto era antes de Barrio Seguro, “Ahora podemos salir a cualquier hora a compartir con los vecinos”, expresa Dulce Martínez, quien vive en Las Cañitas desde hace 25 años. En una de las esquinas, en la calle 10 que divide a Las Cañitas del 24 Abril, unas cincuenta personas escuchan a un predicador, mientras el coronel Juan Brown, Coordinador General de Barrio Seguro, explica a los reporteros que ambos sectores cuentan con una supervisión de 92 oficiales.
Entre éstos, unidades de investigación, servicio de inteligencia y de patrullaje.
Y cuando termina de declarar esto último, un grupo de niños conversando en la esquina se deja ver al llegar a la próxima esquina. Algunos oficiales patrullan a pie o en motocicletas, principalmente.
Al llegar a la calle Magnolia, donde “casi a diario alguien salía herido o muerto”, explica Brown, un hombre con muletas y otros cuatro saludan al coronel.
Esta calle era anteriormente considerada como “el cuco” de los policías porque era allí donde se producían los enfrentamientos entre bandoleros de Gualey y Las Cañitas.
“Esta rivalidad ha existido desde siempre”, dice Aracelis Robles, de 33 años, nacida y criada en ese sector. Señalando un callejón por donde antes venían “los tigueres de Gualey” a buscar pleitos, habla de peleas sangrientas y tiroteos que las bandas de ambos barrios solían armar.
Antes de llegar allí, el presidente de la Junta de Vecinos de Las Cañitas, Félix Manuel Roque Castillo, y otros miembros de ésta como César Segura, Francisco Blanco y Roberto Ledesma, habían declarado que la seguridad en estos sectores es real y que de manos del coronel Brown, el cuerpo de Barrio Seguro está compenetrado con los moradores y las organizaciones comunitarias.
A través del Túnel
Casi como una leyenda yace en los adentros de Capotillo la cañada “El Túnel”. “Por aquí se reunían los más temidos delincuentes armados”, aclara el coronel Brown. Y mientras bajamos por las escaleras la pendiente que da hacia “El Túnel”, sentimos cierto temor al escuchar los relatos del coronel. “Antes, sólo los delincuentes entraban aquí”. Abajo en el “El Túnel”, divisamos un grupo de viviendas solitarias que ya han cerrado sus puertas y sólo algunos de los policías más abajo se identifican con un foco, porque aún no hemos visto ninguna casa con energía eléctrica.
Al finalizar el descenso, se confirma que “El Túnel”, ahora al menos, cuenta con una calle de concreto integrada hace poco. Varias canchas móviles de baloncesto apenas se divisan en un espacio vacío al final de la calle, donadas, según el presidente de la Junta de Vecinos, Camilo Alcántara, por la Dirección de Desarrollo Comunitario.
Todo ha cambiado
El coronel Brown relata que en cierta ocasión preguntó en Capotillo, un viernes, por qué tanta fiesta. “Teníamos entonces solamente como 7 u 8 meses en el plan”. Algunos de los muchachos respondieron: “Nada, comandante, es que podemos estar afuera y compartir porque ustedes están aquí”.
Antes de Barrio Seguro, al caer la tarde, no había nadie en la calle. Esta era territorio de delincuentes. Así lo confirmaron algunos de los miembros de una de las juntas de vecinos de Las Cañitas. “Antes era una lotería venir tarde del trabajo, uno corría el riesgo o se quedaba en otra parte”, revela Félix Manuel Roque, y luego señala con el dedo índice los orificios producidos por balas del frente de su casa.
Trascripción del artículo publicado en el periódico Listín Diario, domingo 29 de julio del 2007.