Son visibles los esfuerzos desplegados por el mayor general Bernardo Santana Páez por mejorar el desempeño de la Policía Nacional, así como la imagen que esta proyecta hacia la ciudadanía, como notorios son también los cambios experimentados en el cuerpo del orden, y no tanto en su equipamiento y tecnificación como en su capacidad de respuesta frente al crimen y el delito, como lo demuestra la prontitud y profesionalidad con que ha resuelto importantes casos de secuestros en los últimos días. Decir que todavía falta mucho por hacer es, como quien dice, llover sobre mojado sabiéndose de sobra que una institución como la Policía no cambia su naturaleza de un día para otro, pero eso no quiere decir que esta sociedad acepte con resignación, como si se tratara de un mal inevitable, que con tanta frecuencia sus miembros se vean involucrados en actividades delictivas, como los cuatro agentes a los que se acaba de dar de baja de manera deshonrosa al establecerse que formaban parte de una banda dedicada a cometer todo tipo de tropelías. La limpieza, general, no puede detenerse.
Trascripción del artículo publicado en el periódico Hoy, miércoles 7 de junio del 2006.