El número de homicidios se redujo en un 43 por ciento después de limitar el consumo de alcohol hasta la medianoche de domingo a jueves y de instruir patrullaje mixto, lo que indica que esas medidas han sido efectivas en el control de violencia y delincuencia.
La obligación del Estado de garantizar la vida humana y el sosiego ciudadano no debería ser objeto de negociación frente a intereses particulares por muy legítimos que aparenten ser.
Hasta hace tres meses, cuando comenzó a aplicarse el Programa de Seguridad Ciudadana, la sombra de la criminalidad llegó a cubrir gran parte del territorio nacional al punto que recorrer cualquier vía pública llegó a cubrir gran parte del territorio nacional al punto que recorrer cualquier vía pública llegó a convertirse en una temeridad.
Aunque la delincuencia no ha sido definitivamente derrotada, no hay dudas que las autoridades han tomado la ofensiva frente al crimen y que son hoy mayores los niveles de seguridad en los que puede guarecerse la población.
Es exagerado afirmar que la ciudadanía paga altísimo costo por contener la criminalidad o que las medidas que se aplican se acercan a un estado de sitio.
Prohibir el expendio de bebidas alcohólicas después de las 12:00 de la noche se aplica en muchas otras partes el mundo, donde se garantiza sosiego y descanso a la masa laboral, en el entendido de que la vida nocturna se disfruta a plenitud a partir del viernes y hasta el domingo.
En naciones con mayor nivel económico y social que la dominicana, los restaurantes sirven la cena antes de medianoche y los centros de diversión preparan sus grandes fiestas para el fin de semana, en razón de que la jornada laboral de 48 horas no puede ser objeto de perturbación.
Las autoridades cometerían un grave error si por presión o privilegio exoneran a algún sector o establecimiento de la prohibición de expender bebidas alcohólicas después de medianoche.
En índice de criminalidad se reduce en un 43 por ciento como consecuencia de un plan de seguridad ciudadana que no violenta ninguna prerrogativa constitucional, por lo que debe continuar a todo vapor.
Zonas turísticas, bares y restaurantes que se consideran afectados por el programa anti delincuencia deberían reprogramas horario de lunes a jueves para la diversión comience temprano y concluya a medianoche, porque al otro día ¡hay que trabajar!
Trascripción del reportaje publicado en el periódico El Nacional, viernes 08 de septiembre del 2006, Página 10.